Hay que ver estos chavaliños. Ahora se les ha dado por el colegio María Pita. ¿Para qué? Pues para desarrollar sus actividades extraescolares, para qué va a ser si no a las horas a las que las desarrollan. ¿Y para qué las desarrollan?, ¿para aumentar sus conocimientos? Pues claro, para aumentar sus conocimientos sobre la variedad de bebidas alcohólicas baratas que hay en el mercado y las gamberradas varias que se pueden hacer al amparo de la oscuridad y un hermoso muro opaco que les da la impunidad necesaria para realizarlas. Increíble cómo se agudiza el ingenio cuando ponemos empeño. Y doña Inés aún pretende que la Xunta levante más el muro, para que estén más tranquilos. A ver, no sería mejor que dedicasen alguna de esas cámaras tan chulas que tienen para multar a los de la doble fila para controlar los saltos de la valla del colegio María Pita. Vamos, es una idea. Lo que sí les rogamos encarecidamente es que no pongan concertinas, que tampoco hay que matar moscas a cañonazos... ¡aunque a veces den ganas!
