El cambio de paradigma comunicativo que han supuesto las redes sociales “nos ha convertido a todos en micromedios” que nos facultan para trasladar nuestro mensaje a las multitudes. Las redes sociales son una herramienta potente para el cambio social, pero también lo son para la difusión de discursos de odio. En el momento de la pandemia y el aislamiento, la gente empleó las redes sociales de forma intensiva para informarse y relacionarse, una conducta que se vio potenciada por el propio confinamiento: las plataformas sociales se presentaban como ventanas de conexión con el mundo exterior. Si la pandemia es un punto de inflexión a partir del cual este tipo de mensajes calan y se difunden más, los motivos que los hacen proliferar son variados. El anonimato y la distancia emocional que implica no interactuar cara a cara, la evasión de la responsabilidad por percibir que se actúa en un espacio virtual que genera la sensación de que el contexto no es real. Así que cada uno se entretiene con lo que quiere.