Hay personas que dejan huella. Y Araceli Oubiña fue una de ellas. No es de extrañar, pues, que su recuerdo esté presente no solo en la sociedad cambadesa, de donde era natural, sino en el conjuntode las comarcas arousanas. Su etapa como jugadora y su implicaciónen el fomento del deporte base motivaron que el baloncesto arousano le rindiese un emotivo homenaje en el que se colgó en el pabellón de O Pombal su camiseta con el número 12. Sulegado deportivo y, sobre todo, social perdura hasta el punto de
que fue, es y será siempre un referente en la lucha contra el cáncerde mama metastásico. FOTO:
Homenaje a Araceli | M.F.
