acusarse de antidemócrata, como de casi todo, es fácil en el verbo. Otra cosa es luego la coherencia. Hay quien identifica democracia con votar, a toda costa, a cualquier precio, caiga quien caiga y sea cual sea el camino. Ocurre que sostener dialécticamente un modelo de democracia que no vaya de la mano de la ley, y por tanto del procedimiento, es bastante ineficaz si lo piensan. Quien sea capaz de armar una democracia sin principio de legalidad, que levante la mano. Esto de la legalidad también se aplica a los que varían su discurso una vez emitido el voto. Porque, el voto, por sí mismo, tampoco es nada más que eso. Y no habilita para todo. En realidad, solo habilita para lo previamente estipulado. Por eso, ser el más votado otorga los derechos que se han fijado para el caso. Pero no otros.
