Cada vez que una calle histórica se levanta por obras las expectativas de hallar restos arqueológicos aumentan. Para los que esperan encontrar vestigios de la muralla medieval de la que no hay restos a la vista, la aparición en la calle San Francisco es más que una buena noticia, con un futuro patrimonial y hasta turístico. No opinan lo mismo algunos vecinos y negocios de la zona que ya se echan las manos a la cabeza pensando en que unas obras de seis meses, que ocasionarían molestias y que impiden los accesos a los locales, pueden prolongarse hasta el infinito. Habrá que esperar las conclusiones expertas.
