Desde que se ha sabido que la Corte Penal Internacional intenta llevar a Putin ante un jurado por, presuntamente, cometer crímenes de guerra y que Donald Trump podría ser detenido, y quizá enjuiciado, por unos supuestos pagos a una estrella porno, crece por momentos la fantasía de que acaben cumpliendo condena en la misma cárcel. Y que todos podamos verlo, por supuesto. Eso sí que sería un reality con audiencia millonaria. Como una versión de la serie ‘Prison Break’, pero cambiando los protagonistas atractivos por los malos de la historia. El lugar de desear que consiguiesen escapar, la tensión dramática estaría en verlos con sus monos de presidiario, comiendo el rancho en bandejas metálicas o trabajando en la lavandería. El ruso sería de los que hace pesas en un rincón del patio, jaleado por su banda de compatriotas, y el norteamericano se buscaría un negocio de conseguidor. Y en los días de película en la sala común, se darían la mano en las escenas más emotivas. El drama une.
