La orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente ruso, Vladimir Putin, por la deportación ilegal a Rusia de niños ucranianos, supone un paso hacia la Justicia para las víctimas de crímenes de guerra en Ucrania, señaló la organización Amnistía Internacional (AI). Nadie pone en duda a estas alturas que el presidente ruso es una anomalía de un sistema político, en este caso ruso. Al igual que en otros países, basta con echar un vistazo a Nicaragua, Venezuela, El Salvador, y otros más, cuentan con líderes que se eternizan en el cargo y arrestan o hacen desaparecer a opositores políticos. Nos guste o no, vivimos tiempos convulsos en todos los países y por eso deberíamos tener mucho más cuidado a la hora de defender nuestra democracia, que se presentan elementos de los extremos aprovechando la desesperación de muchos para perpetuarse en el poder y luego gobernar pisoteando los derechos de los demás.