va a ser el momento en el que la oposición va a endurecer su tono –mucho más duro, en el fondo, que el de Felipe González no va a ser, desde luego– respecto del sendero de Sánchez hacia su permanencia en el poder. Para comenzar, Feijóo ya pidió que cesase a Yolanda Díaz por haber emprendido, al parecer por su cuenta, un contacto público, desde el Gobierno y no simplemente desde Sumar, con un hombre que sigue siendo buscado por la Justicia española. Veremos a ver qué dice la Justicia, incluso quizá hasta por boca de algunos magistrados del Supremo. Tormenta perfecta, pues. No, no está la cosa como para que Sánchez cese a Yolanda Díaz –suponiendo que pudiese hacerlo en funciones y, claro, que quisiese–, ni para prometer ministerios a los irritados dirigentes de Podemos, cuya actitud en el Consejo de Ministros es, parece, crecientemente desafiante. El presidente del Gobierno y aspirante a lo mismo avanza hacia su permanencia en el poder caminando descalzo sobre afilados cristales, algo que solamente un personaje tan resiliente como él podría soportar.
