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Bergantiños

La Costa da Morte finaliza una temporada estival “sobresaliente” con cifras récord

La Costa da Morte ha cerrado un verano turístico que muchos califican de “sobresaliente”. Con ocupaciones medias que oscilaron entre el 75 y el 80% y con numerosos hoteles colgando el cartel de “completo” en la primera quincena de agosto, el balance de la temporada estival deja un sabor optimista entre empresarios y asociaciones del sector.

Jesús Picallo, vicepresidente del Clúster de Turismo de Galicia y presidente de la Asociación Solpor, asegura que “del 1 al 15 de agosto sí que en muchos hoteles se colgó el cartelito de todo lleno, de ocupación plena, ayudados por la buena climatología tanto en julio como en agosto, que permitió trabajar muy bien a la hostelería y a la restauración”. Picallo apunta, además, que septiembre debe considerarse parte de la misma campaña, “porque es el mes de los peregrinos, tanto del Camino de Santiago como del Camino de los Faros, que está funcionando muy bien y que ayuda a prolongar la actividad”.

El perfil del visitante ha confirmado la creciente internacionalización del destino. Portugal, Reino Unido e Italia fueron los principales países emisores, mientras que dentro de España destacaron las llegadas desde Madrid y el País Vasco. Sin embargo, no todo fue favorable: los incendios del verano y la interrupción de las conexiones ferroviarias durante seis días afectaron a más de 50.000 viajeros, con numerosas cancelaciones y ajustes en las reservas. Pese a ello, los datos globales son positivos, con un gasto medio por visitante estimado en 118 euros, según la herramienta de monitorización ‘Simada’ que gestiona el Clúster de Turismo.

Picallo subraya que la estrategia ahora pasa por “desestacionalizar la oferta con productos como el Camino de Santiago, el Camino de los Faros, fenómenos naturales como el mar de Ardora o el turismo Starlight, y llevarlos a ferias nacionales e internacionales para que la Costa da Morte no sea solo un destino de verano”.

Los testimonios de los establecimientos de la comarca confirman la tendencia general, aunque con matices según el tipo de negocio. Paula, del Hotel Playa de Camariñas, destaca que “este año la temporada fue muy buena; junio no llegó al 100%, pero desde el 15 de julio y durante todo agosto estuvimos completos, cuando otros años no llegábamos ni al 80% en las mismas fechas”. También subraya un mayor gasto por cliente con respecto al verano pasado, especialmente en julio y agosto, aunque prevé que en septiembre el consumo sea “más controlado”.

María, responsable del Hotel-Boutique O Náutico de Laxe, habla de un verano “fabuloso” y reconoce que “hacía años que no teníamos una temporada tan buena; junio y julio fueron extraordinarios, con más estancias largas de lo habitual y un claro incremento de turistas extranjeros, especialmente alemanes e italianos”. Añade que en septiembre las reservas se concentran a última hora, con un protagonismo creciente de los visitantes atraídos por el Camino de los Faros, que suelen reservar apenas con dos o tres días de antelación.

En Malpica, la experiencia ha sido desigual entre hostelería y restauración. Yara, de Casa da Vasca, señala que “en el hotel, julio fue bastante bien, y agosto fenomenal, hasta el día 28, que empezaron a notarse el inicio del curso escolar y los cambios climatológicos; sin embargo, en el restaurante este año fue mucho peor, la gente gastó menos y buscó alternativas más económicas”. Advierte también que el turista extranjero, muy presente en mayo, “consume mucho más y se fija más en la calidad que en el precio, a diferencia del nacional”.

En Buño, Antonio Pereira, conocido como “O Rulo” y presidente de la Asociación Oleira, celebra una “temporada muy buena y bonita”, marcada por la XL Mostra da Olería, que atrajo a centenares de visitantes y en la que “el Día do Neno reunió a más de un centenar de niños con sus familias, lo que multiplicó la afluencia”. En su opinión, también se notó un incremento del turismo extranjero.

Desde una visión más global, Pepe Formoso, presidente de la Asociación de Profesionales de Turismo de la Costa da Morte (Aptcm), sostiene que agosto rozó el 90% de ocupación en casi todos los establecimientos, aunque con un descenso en la última semana del mes, ya que “a partir del día 20 o 25 la gente empieza a volver a la rutina”. Advierte de que septiembre siempre llega con incertidumbre porque “las reservas se hacen mucho más a última hora, dependiendo de la meteorología y de otras ofertas del mercado”.

Formoso coincide en que los incendios y la suspensión del tráfico ferroviario dejaron su huella en el sector, y lanza una crítica a las compañías aéreas: “No nos gustó nada que quisieran hacer su agosto y subieran una barbaridad las tarifas. En situaciones excepcionales deberían mantener precios razonables para que todo el mundo pudiera volar en condiciones”. Pese a estas sombras, reconoce que la Costa da Morte “cada vez va a más”, aunque advierte que el aumento de la vivienda turística y de los pisos de uso vacacional “hace que el crecimiento no siempre se note en los establecimientos tradicionales” y que parte del turismo que llega lo haga como excursionista, con menor impacto económico en el territorio.

La conclusión general es que la Costa da Morte consolida su atractivo como destino natural y sostenible, con un verano marcado por el lleno en agosto, el impulso de los turistas extranjeros y el creciente protagonismo de productos como el Camino de los Faros. La buena climatología y la recuperación de la confianza tras la pandemia han jugado a favor, pero el reto sigue siendo alargar la temporada y lograr que septiembre y los meses posteriores mantengan el pulso económico. “Trabajamos para que no se hable solo de verano”, insiste Picallo, “sino de un destino con capacidad de atraer durante todo el año”.