
La hostelería de Vimianzo, Baio (Zas) y Ponteceso paró este lunes de forma masiva, secundada por el pequeño comercio, saliendo a la calle en las tres localidades para protestar por el incremento desorbitado de los precios de la energía y de los combustibles, que ahogan cada día más a los empresarios y a los consumidores. Además del cierre de los establecimientos hosteleros, entre el 90 y el 100% en estos tres lugares, se sumaron otros pequeños comercios como tiendas, floristerías, parafarmacias o relojerías, entre otros.
La primera concentración se realizó por la mañana en Vimianzo, donde la presidenta de la Asociación de Hostelería, Cris Landeira, leyó un comunicado para denunciar la “extrema gravidade” en la que se encuentra el sector. Subrayó que tras dos años de pandemia, con una restricciones “inxustificadas” que afectaron muy negativamente a la hostelería, se encuentran con un nuevo elemento “devastador” desde junio del pasado año: el incremento “desproporcionado e inxustificado dos prezos da enerxía, en moitos casos triplicado”. A esto hay que sumar la fuerte subida de los combustibles, con su traducción en las materias primas, lo que repercute en el precio final de los productos. “Hoxe en día, o sector pasou dunha falta de liquidez a unha falta de solvencia, o paso anterior á quebra definitiva, o cal provoca a destrución de ducias de empresas e de centos de postos de traballo todos os meses”, subraya el comunicado de los hosteleros, que pide una solución urgente a las autoridades, ya que insiste en que todo ello les lleva a una “situación límite” imposible de mantener.
A primera hora de la tarde tenía lugar la segunda concentración en Baio, liderada por la Asociación de Empresarios Comarca de Soneira. Su presidenta, Tatiana Rellán, también aludía a la difícil situación que atraviesa el comercio debido a la escalada de precios que no parece tener fin. Los manifestantes se concentraron con pancartas con el mensaje “Eu pecho. Por uns prezos xustos da enerxía e do combustible”, mostrando su malestar porque las subidas repercuten siempre en los mismos, en el pequeño comercio y el ciudadano de a pie, ante la pasividad de la clase política.
La última concentración fue en Ponteceso, donde los empresarios expresaron igualmente su malestar por la escalada de precios y rechazaron que el culpable sea el covid, la guerra o el paro del transporte, como intenta hacer creer el Gobierno. Según expresaron, la culpa de todo esto se debe a que la sociedad está “dividida, ensimismada, arreglando o mundo desde o seu móbil, esquecendo o poder que ten o pobo unido”.
Recordaron que esto no va de colores ni de clases políticas, sino “dos de abaixo contra os de arriba, como din os transportistas”. “Suben os prezos porque lles deixamos, porque ninguén protesta. Se hoxe poño o kilovatio a 50 céntimos e non protesta ninguén, mañá póñoo a 60, a ver que pasa...”, reza el comunicado.
Los manifestantes insisten en que no quieren limosnas, sino un trabajo que les permita vivir dignamente y critican las medidas anunciadas ayer por el Gobierno como la bajada de 20 céntimos en el litro de gasoil, que roza los 2 euros en la mayoría de las gasolineras. Aseguran que si un trabajador tiene que desplazarse diariamente a A Coruña unos 500 euros se van en combustible, aparte de los otros gastos a los que tiene que hacer frente, por lo que aún debe de poner dinero para ir a trabajar.
A pesar de la difícil situación, en localidades como Carballo o Cee apenas se notó el paro.