En el cultivo de la patata las rotaciones deben hacerse como mínimo a cinco años, como ocurre por ejemplo en la Bretaña francesa. Esa fue una de las conclusiones que dejó el seminario que sobre el tubérculo se vino celebrando el lunes y el martes en Coristanco promovido por la Consellería de Medio Rural.
Durante la segunda jornada, en la que volvieron a participar alrededor de 60 personas– en su mayoría productores de Coristanco y su entorno– se abordaron cuestiones como el plan de fertilización de la patata o el uso de fitosanitarios, volviendo a incidir en la necesidad de reducir su utilización para tender a una agricultura cada vez más sostenible.
Por la tarde se procedió a la puesta en común de las conclusiones, que permitió establecer una serie de recomendaciones por cuyo cumplimiento pasa la mejora del cultivo de la patata.
Se incidió así en la necesidad de simplificar las labores de plantación. También quedó patente la importancia de los denominados cultivos de cobertura o de abono verde, que deberían ser una práctica generalizada. Y es que este tipo de cultivos restituyen a los suelos el contenido de materia orgánica y los nutrientes, entre otras ventajas.
Otra de las conclusiones fue que debe apostarse por rotaciones largas, de tal forma que en una finca no debería volver a plantarse patata hasta transcurridos como mínimo 5 años. Es lo que hacen por ejemplo los productores bretones gracias al intercambio de tierras con los ganaderos, práctica que sería interesante explorar en Coristanco y su comarca.
