
El Domingo de Ramos recuperó en esta jornada su esplendor en toda la Costa da Morte tras dos años de espera. Aunque la tradicional bendición de ramos y palmas se producía en todas las parroquias, la ceremonia se vivía con especial intensidad en Carballo y Fisterra, muy concurrida en los dos casos. En el atrio de la iglesia San Xoán Bautista de Carballo, el párroco José García Gondar bendecía los ramos antes de iniciarse la procesión de la Borriquita hasta el templo de San Cristovo, donde tenía lugar la eucaristía.
Niños y mayores acompañaron la procesión por las calles de la localidad, recuperando así la esencia de la Semana Santa del año 2019, la última que pudo celebrarse antes de la pandemia. Ahora la parroquia se prepara para los oficios del Jueves y Viernes Santo, con el tradicional lavatorio de los pies y la muerte de Jesús. Así, el viernes saldrán en procesión las imágenes del Santo Cristo da Mocidade, el Santo Cristo da Milagrosa, el Santo Enterro y Nosa Señora das Dores, rematando con una oración conjunta en el atrio de la iglesia.
En Fisterra también se recuperaba la bendición de ramos y palmas, aunque la lluvia amagó con suspender los actos. Aún así, se celebró la procesión acortando su recorrido antes de que la lluvia fuese a más, seguida por una amplia comitiva.