Las romerías de la comarca restan clientes y oferta a las ferias dominicales de Carballo y Cee

El segundo domingo de septiembre volvió a traer consigo las tradicionales ferias de Carballo y Cee, dos de los principales referentes comerciales de la Costa da Morte. Sin embargo, en esta ocasión, ambas citas se vieron claramente condicionadas por el calendario festivo, con las romerías de Os Milagros de Caión y A Barca de Muxía atrayendo buena parte de la atención y restando tanto afluencia como oferta en los mercados.
En Carballo, los precios se mantuvieron estables en la mayoría de los productos, con las patatas entre 1 y 1,70 euros el kilo, según la variedad, mientras que las finas o las violetas francesas alcanzaron los 2 euros. Las nabizas y los repollos se ofrecían a 2 euros el manojo, la coliflor a 2,50 y las judías verdes entre 4,5 y 5 euros. Entre las pocas subidas, destacaron los huevos camperos, que alcanzaron los 5 y 6 euros la docena.
Entre los productos de temporada, que cada vez son más numerosos, las uvas de Feixe-Noicela se vendían a 3 euros el kilo, los melocotones entre 1,5 y 2 euros, precio similar al de los higos, mientras que las manzanas y membrillos oscilaban entre 1 y 2 euros. También hubo abundancia de alubias, con las de fabada a 9 y 10 euros, y otras variedades, frescas o secas, entre 5 y 7 euros. Los tomates fluctuaron entre 2 y 5,5 euros, el pimiento morrón entre 3 y 4 euros y las cebollas a 2 euros, o entre 3 y 5 en ristras, al igual que los ajos, que llegaron hasta 12 euros en su mejor calidad.
No faltaron tampoco los quesos artesanales y los productos de Susa de Lestón, con sus cremosos, membrillos y miel atrayendo a los clientes habituales. Aun así, la coincidencia con las romerías dejó una feria más tranquila de lo habitual, algo que también se notó en el comercio local y la hostelería de la villa.
En Cee, el recinto de O Recheo reunió a 60 puestos de textil, calzado, alimentación y otros productos, aunque con menor presencia de vendedores ambulantes que en ediciones anteriores. La llovizna intermitente deslució parte de la mañana, restando afluencia a una feria en la que, no obstante, la hostelería volvió a registrar gran actividad gracias a su variada oferta gastronómica.