Cábalas electorales
Todo pronóstico acerca de un adelantamiento de las elecciones legislativas pertenece al ámbito de la política recreativa, porque salvo el propio Pedro Sánchez nadie sabe lo que está pasando por la cabeza del presidente del Gobierno. Sin descartar que ni él mismo tenga claro qué hacer dado el complejo panorama actual. Algunos medios lanzan la idea de un hipotético anticipo de los comicios y lo explican diciendo que Sánchez querría evitar el efecto perverso del posible hundimiento del PSOE en las elecciones municipales y autonómicas del 28 mayo. Es una posibilidad, pero no parece que vaya a salir adelante porque tras haber apretado el acelerador parlamentario para sacar adelante leyes tan controvertidas como la supresión del delito de sedición, la rebaja de la malversación, el despropósito de la ley del “solo sí es sí” o la ley Trans, leyes que han sido criticadas hasta por algunos barones socialistas, Sánchez tiene diseñada un agenda que abarca los próximos doce meses con una primera mitad dedicada al reparto selectivo de los fondos europeos y un segundo semestre para lucirse visitando países y recibiendo autoridades extranjeras en razón de la presidencia española de la UE.
Sánchez confía en los efectos demoscópicos de la propaganda y, sobre todo, cuenta con el olvido que apareja el paso del tiempo. Hoy, aún está caliente el escándalo de la reforma a la carta del Código Penal para beneficiar a los dirigentes de ERC procesados por sedición y, por eso, hay barones socialistas como Emiliano García-Page, que asegura que en la campaña electoral defenderá que vuelva a ser delito la convocatoria de un referéndum ilegal o, como Javier Lamban, que se atreve a decir que “este país no puede depender cada vez mas de extremistas, radicales y separatistas”. Pero eso lo dicen hoy porque el 28 de mayo tienen elecciones. La pregunta es si dirán lo mismo tras conocer el resultado.
Aunque el PP tratará de presentar el resultado de los comicios de mayo como un plebiscito respecto de la política de Pedro Sánchez, el señalado procurará rebajar su perfil durante la campaña para evitar o amortiguar ese efecto. Sánchez se la juega a medias en las urnas de mayo. Parece que confía en poder remontar en el último semestre lo suficiente como para que aunque el PSOE quede por detrás del PP, Feijóo, que dependería de Vox, no pueda forma gobierno y volveríamos al “gobierno Frankenstein”. Ya digo que todo son cábalas porque tenemos todo un año por delante y en política un año es una eternidad.
