Mi cuenta

Las notificaciones están bloqueadas. ¿Cómo desbloquear?

Mi cuenta

Las notificaciones están bloqueadas. ¿Cómo desbloquear?

Y no lo que yo haga. Pablo Iglesias, el jefe de Podemos, lo tiene claro: el sabe lo que es bueno para la “gente del común” y sabe también que eso no coincide para nada con lo que es bueno para el y su familia. Nada nuevo, por cierto, en todos los sistemas comunistas del mundo sus dirigentes amasan fortunas y los pueblos pasan hambre. Ahí están los Castro cubanos y sus cuentas millonarias, o los Maduro, o los jefes de la China comunista, todos forrados y con sus pueblos sometidos. Lo del “coletas” español merece una reflexión porque de la nada y en tiempo récord, pasó de un pisito en Vallecas a un “chaletazo” en Galapagar, después de decir, eso sí, que los ricos que vivían en chalets con piscinas eran fascistas despreciables. No contento con eso, proclamó a los cuatro vientos las virtudes de la educación pública, insultando a los padres que, en uso de su libertad, mandaban a sus hijos a colegios privados. “Los mandan a colegios privados porque no quieren que sus hijos rubitos se mezclen con negritos”, también apuntó “quieren que la educación de sus hijos se la paguemos todos” y todo esto hasta que sus hijos tuvieron la edad de escolarización y entonces…¿Qué eligió el comunista Pablo Iglesias? Pues nada, mandar a sus hijos a colegios privados. Dicen que los manda a la privada porque están más seguros, es decir, para Iglesias Turrión la pública no es segura, por eso aconseja a los padres que los manden a institutos mientras él… En fin, toda una lección de coherencia, de hipocresía y de mentiras. Imagino las caras de sus seguidores que primero se tragaron el chalet y ahora la educación privada para sus hijos. La verdad es que tampoco puede sorprendernos, son muchos los ministros socialistas que tienen a sus vástagos en los mejores colegios privados y los mandan después a universidades privadas en el extranjero, o los que cuando necesitan un ingreso en un hospital y prefieren también la sanidad privada para ellos, pero, eso sí, se les llena la boca ,en público, con las bondades de la sanidad y la educación pública. Su cinismo no tiene límites, su falta de principios y de escrúpulos merecen un lugar destacado en cualquier lista de récords Guinness. Y para completar el cuadro, aparece la Yolanda, con sus tirabuzones de peluquería cara y sus modelos de las tiendas caras de Serrano. Les sugiero que miren en la hemeroteca el cambiazo que pegó la Yolanda entre el antes de su posición en el gobierno y el después y ya les digo que no es magia, son sus impuestos, los de usted. Pues bien, esta señora “desclasada” nos viene a decir que hay que resucitar la lucha de clases, ese caduco principio del marxismo trasnochado que solo pretende enfrentar a los ciudadanos entre sí. Está desesperada viéndose rodeada por los restos mortales de Sumar, ese invento que nunca funcionó para los españoles pero sí para la propia Yolanda. Se entiende así que un Ábalos de turno, se proclamara “feminista porque era socialista” mientras alimentaba la productividad del oficio más antiguo del mundo, de esa “industria” de la que vivió la familia del presidente Sánchez. De verdad, espero con ansiedad la publicación del libro del preso Cerdán, cuyo título bien podría ser “La ejemplaridad de la izquierda al frente de la cosa pública”. ¡Poco nos pasa!