La Festa da Fabada de Paiosaco agotó existencias en una exitosa vigésima edición
Organizada por la AC Queiroga

Como cada año, la localidad de Paiosaco (A Laracha) dio este domingo la bienvenida al otoño con una de sus citas más sabrosas y esperadas: la Festa da Fabada, que este 2025 alcanzó su vigésima edición, coincidiendo con la primera feria quincenal de octubre y con la recolecta de habas de la temporada.
La cita, organizada por la Asociación Cultural Queiroga con la colaboración del Concello de A Laracha, fue todo un éxito y agotó existencias. Bajo una gran carpa instalada en el campo de la feria, las primeras raciones comenzaron a servirse a las nueve de la mañana, cuando ya se congregaban numerosos vecinos y visitantes dispuestos a disfrutar de este plato tradicional, símbolo de la cocina gallega más popular y festiva.
Queiroga ha demostrado un año más que le tiene tomada la medida a la macrofabada y en este vigésimo aniversario cumplió con creces. Todo fue según la agenda prevista. Los directivos y la infantería de colaboradores comenzaron a trabajar a las 3.30 horas de la madrugada en la preparación de la gran fabada, con una cocción lenta en veinte recipientes, que este año tenían un mayor volumen de capacidad que en ocasiones anteriores. Así, todo estuvo a punto a tiempo ara abrir al público a las nueve de la mañana, cuando los feriantes y la gente que regresaba de fiesta fueron los primeros en ‘desayunar’ con este manjar.

En los fogones se hallaban experimentadas cocineras trabajando de manera voluntaria y altruista, con la ayuda de voluntarios, entre los que había hijos e incluso nietos, que colaboraban cortando el pan, envolviendo los utensilios del servicio o incluso sirviendo las mesas. A las nueve en punto comenzó la demanda de fabada por parte de los visitantes, con colas a lo largo de la mañana. El esperado plato podía consumirse en tapas al módico precio de 5 euros, y también en raciones, a 12 euros. Para quienes prefiriesen otro menú, había jamón asado, además de bebidas, café de pota y postres a base de quesos, membrillo y larpeira, todo ello aplicando precios populares para animar a los asistentes a participar de la exaltación. Aunque inicialmente acudieron algunos a desayunar, fueron muchas las personas que llevaban recipientes para consumir en casa.
A juicio de los comensales, el producto sigue alcanzado un gran nivel de exquisitez, con textura, sabor y una cocción hecha con mesura, buenos productos seleccionados, añadido de especies y esa mano de obra que todavía se resiste a la caducidad. Tal fue el éxito que pasadas las tres de la tarde ya se habían agotado las existencias –media tonelada de productos entre habas, carne y chorizos– y la organización, cocineros y colaboradores de esta cita –más de una veintena de personas– no llegaron a probar la fabada; así, para comer recurrieron a medio jamón y a pizzas. La Asociación Cultural Queiroga suma así un nuevo éxito gastronómico.