En el tercer aniversario del crimen que conmocionó a toda Coruña –al menos, a toda la que tiene humanidad– la música y el silencio se combinaron para celebrar la vida de Samuel Luiz. Porque se trata de que no ganen el odio y el sinsentido. De que el rencor se supere en favor del recuerdo. Y de que ante la barbarie haya un frente unido. Con flores para un altar que ojalá sea el último.