Cada vez son más los preocupados por el estado físico de Pedro Sánchez. Si la producción epistolar que ha iniciado a raíz de la investigación a su esposa se intensifica con la recién anunciada apertura de diligencias a su hermano por presunta malversación, corre serio peligro de sufrir una lesión en la muñeca. Claro que a lo mejor la pasión incontenible que siente por Begoña Gómez no es comparable con el cariño fraternal que se le supone por David Sánchez –así se llama el hermano del presidente– y quizá solucione su necesidad de defender su honor con un mensaje en Twitter –X, para los que se acostumbran rápido a los cambios–. Por el bien de su carpo, mejor que sea así.