
Una de las viejas aspiraciones de los cazadores cabaneses era contar con su propio local social y con un campo de tiro, proyecto que hasta el momento no han podido hacer realidad. Sin embargo, desde principios de septiembre sí disponen de un local provisional después de que el Concello de Cabana les haya cedido una de las aulas de la antigua escuela unitaria de Peralta, emplazada en la parroquia de Nantón.
Desde entonces las antiguas instalaciones docentes han experimentado una pequeña transformación, ya que los propios cazadores se han encargado de pintarlas, decorarlas a su gusto y equiparlas con mobiliario diverso.
Además, han habilitado una sala de despiece que les permite desollar y deshuesar a los ejemplares abatidos al final de cada jornada de caza. La antigua escuela la utilizan también para organizar alguna que otra comida y para reponer fuerzas cada día que salen al monte a base de jamón de ciervo, filetes adobados, chorizos de jabalí y otros preparados culinarios en los que la materia prima principal procede del deporte que practican.
Para ello también se preocupan de repoblar de forma periódica los montes del municipio. Este año soltaron alrededor de medio millar de conejos, más de trescientas perdices y un centenar de faisanes